Erica: imperativo en resolución del conflicto armado en Colombia
Erica: imperativo en resolución del conflicto armado en Colombia
Crimes against the Climate: Violence and Deforestation in the Amazon
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Op-Ed / Latin America & Caribbean 4 minutes

Erica: imperativo en resolución del conflicto armado en Colombia

La "temperatura de la paz" en Colombia fue medida desde Barcelona y resultó tan baja que solo Erica (Estrategia de resolución integral del conflicto armado) la podría atemperar. ¿Cómo? conjugando tres componentes: uno de seguridad militar y ciudadana con respeto a los derechos humanos y el DIH, otro político "no militar" y otro institucional que expanda la presencia del Estado civil y responda por sus actos.

Vicenç Fisas, de la renombrada Escola de Cultura de Pau de Barcelona (España), presentó hace poco el Anuario Procesos de Paz 2009 en Bogotá. Colombia aparece como el único país latinoamericano que en el 2008 sufría un conflicto armado y, por tanto, como en años anteriores, merecía ser incluido en el informe. El conflicto con las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) es catalogado como "no resuelto definitivamente", y los conflictos con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) son descritos como "no resueltos".

En el 2008 había en el mundo la "temperatura de paz" más baja desde que los investigadores de la Escola empezaron a medirla en el 2004. Según el informe, ello se debe en parte a las "enormes dificultades que han tenido los procesos o exploraciones" en una docena de países, incluido Colombia. A la vez, el estudio resalta que de los conflictos nacidos entre los años setenta y noventa "un tercio ha finalizado mediante un acuerdo", y "el 7.5 por ciento ha terminado mediante la victoria militar de una de las partes; en otras palabras, la gran mayoría de los conflictos solo se resuelven por medio de negociaciones, no de la victoria militar".

En la actual coyuntura en Colombia, donde un número creciente de voces abogan -de nuevo- por una respuesta eficaz y humanitaria al drama de los secuestrados y/o se preguntan en voz alta acerca de la conveniencia y necesidad de abrir un diálogo con las FARC, el mensaje que nos llega desde Barcelona es importante. Ahora bien, puede ser que el análisis comparado de los conflictos en el mundo indique con claridad que la mejor forma de resolverlos con éxito es por medio de la negociación y de "algún tipo de proceso que lleve a la firma de un acuerdo final".

Pero parece igualmente importante saber en qué momento, bajo qué condiciones y en el marco de qué clase de proceso o formato de negociación se puede resolver un determinado conflicto. En efecto, en el caso de Colombia hay que empezar a pensar la resolución del conflicto desde un ángulo estratégico, buscando evitar caer en la nociva dicotomía de "voluntarismo pacifista versus determinismo militarista".

En efecto, se requiere una estrategia de resolución integral del conflicto armado (Erica) como paso previo imprescindible a la definición de los posibles contendidos de una nueva negociación con las FARC.

Bases de la estrategia

Según el análisis de International Crisis Group, en principio Erica debe contar con tres pilares que entre sí tienen la misma importancia y ninguno debe estar ausente.

Un componente de seguridad (militar y ciudadana), que respete y proteja de manera eficaz y rigurosa los derechos fundamentales y se base en el derecho internacional humanitario (DIH); un componente político, que se debe entender genéricamente como "no militar" (diferenciado del componente de seguridad) y que se enmarque en un proceso amplio e incluyente de construcción democrática del poder, y un componente institucional/estructural, que potencie la expansión de la presencia del Estado civil y responda por sus actos en el país (administración pública y sistema tributario, justicia, servicios sociales básicos, infraestructura económica y física y mercados debidamente regulados y lícitos) y fortalezca al Estado de derecho.

Desde el 2002, el Gobierno de Álvaro Uribe ha enfocado su atención y acción en el primer pilar de Erica. Contrastando con avances importantes en la seguridad, ha tenido grandes dificultades respecto a la protección de los derechos humanos y el respeto al DIH por parte de la Fuerza Pública. El tercer pilar, el componente institucional/estructural, ha sido subordinado al esfuerzo de seguridad (por ejemplo, "la recuperación social del territorio" o el "Centro de Fusión" en la Macarena). Y el segundo pilar, el componente no militar/político, ha brillado por su ausencia. El hecho de que no estén en existencia y/o pleno funcionamiento los tres pilares de Erica significa que hoy las posibilidades de una resolución exitosa y sostenible del conflicto con las FARC son remotas.

Erica y la construcción democrática del poder

Una negociación con las FARC tiene argumentos en contra como "hay que seguir con la política militar de mano dura porque no se puede negociar dado que son bandidos y narcoterroristas" (posición del Gobierno y de sectores afines, al parecer, mayoritarios en Colombia); o "no hay que saltar al vacío de una negociación con la guerrilla sin tener claridad sobre los contenidos de la agenda de un prospectivo proceso de paz" (posición de sectores políticos y sociales más moderados y/o de oposición).

En estas circunstancias, una estrategia integral debe buscar crear o fortalecer las condiciones mínimas necesarias para iniciar un proceso de negociación con las FARC que tenga probabilidad de éxito. Estas condiciones solamente pueden surgir de la combinación de los tres pilares de Erica.

Por tanto, la tarea prioritaria en Colombia hoy parece ser la creación del componente no militar/político. Es el pilar que ha estado ausente en los últimos años y ello ha contribuido de manera importante, aunque no exclusiva, a que no haya sido posible la resolución del conflicto armado con las FARC. Implica la creación de una coalición política y social cada vez más amplia e incluyente a favor de un proceso de negociación con las FARC, con base en un esfuerzo concertado de alcanzar el pleno funcionamiento de la seguridad militar/ciudadana, respetuosa de los derechos humanos y del DIH, y la expansión del Estado civil y de derecho.

Dicho de otra manera, el pilar no militar/político se construye alrededor de un esfuerzo concertado de poner a marchar cabalmente a los otros dos pilares de Erica, preparando así el terreno desde el Gobierno, el Estado y la sociedad colombianos para la definición de los términos y contenidos de una futura negociación con las FARC. Así se espera también quitarles a las FARC y a otras organizaciones armadas ilegales, incluidos los grupos paramilitares remanentes o nuevos, el poder de polarización político-social que aún detentan.

Pareciera, entonces, que a estas alturas del juego la paz en Colombia requiere de estrategia, y necesariamente debe pasar por un esfuerzo concertado de construcción democrática del poder. Así se espera evitar caer de nuevo en el "voluntarismo pacifista" o seguir con el "determinismo militarista", que durante las últimas dos décadas no le ha permitido a Colombia avanzar hacia la resolución integral del conflicto armado.

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