Una oportunidad para Venezuela
Una oportunidad para Venezuela
Op-Ed / Latin America & Caribbean 3 minutes

Una oportunidad para Venezuela

Henrique Capriles fue elegido por una abrumadora mayoría de 64 por ciento, obteniendo así un cómodo punto de partida para aglutinar a la oposición.

La oposición en Venezuela celebró el pasado domingo elecciones primarias para elegir al candidato que enfrentará al presidente Hugo Chávez en la próxima contienda presidencial del 7 de octubre de este año.

Henrique Capriles resultó elegido por una abrumadora mayoría de 64%, obteniendo de esta manera un cómodo punto de partida para aglutinar a la oposición.

Sin embargo, y a pesar de notables avances orgánicos y programáticos alcanzados en los últimos tres años por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), el camino será arduo y los escenarios frente al chavismo, inciertos. Chávez y su poderosa maquinaria no parecen dispuestos en lo absoluto a dejarse vencer.

Capriles participa en política por el partido Primero Justicia, definido como de centro humanista y sucesor de una ONG del mismo nombre.

A pesar de sus 39 años, Capriles no es un novato en el ambiente político venezolano.

Fue presidente de la extinta Cámara de Diputados, alcalde del municipio de Baruta y gobernador del estado de Miranda. Su candidatura fue apoyada por varios movimientos de centro y centro-derecha, y recibió en las últimas semanas el endose de Leopoldo López, cuya candidatura fue retirada a pesar de la rehabilitación ordenada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

Su distancia con los partidos políticos tradicionales en Venezuela, asegura un mensaje innovador para las próximas elecciones.

Dieciocho millones de venezolanos estaban habilitados para votar en dichas primarias, abiertas a cualquiera que quisiera participar.

La oposición esperaba tener poco más de 2 millones de votantes, cifra que aunque parezca pequeña, daría esperanzas a la MUD de alcanzar la victoria contra Chávez. Los cálculos oficiales dan cuenta de la presencia de más de tres millones.

Se especulaba que muchos venezolanos se iban a abstener de votar en las primarias por temor a ser estigmatizados por el oficialismo, como ocurrió en la denominada ‘Lista Tascón’.

La alta presencia se interpreta como una señal muy positiva y alimenta las esperanzas de la oposición de obtener una victoria en octubre.

La alta participación refleja, además, algunos éxitos importantes de la MUD. Es la primera vez que todos los movimientos y partidos de oposición se unen detrás de una candidatura presidencial. En las últimas elecciones presidenciales (2006), el candidato Manuel Rosales fue seleccionado mediante acuerdos partidarios. Las anunciadas primarias no se realizaron.

Rosales fue ampliamente derrotado por Chávez (63% a 37%).

La oposición parece haber aprendido la lección. En las elecciones regionales del 2008 obtuvo 5 de las 8 gobernaciones de los estados más poblados del país. En el 2010, la oposición decidió regresar al Parlamento y consiguió un virtual empate frente al Partido Socialista Unido de Venezuela (5,3 millones de votos).

El chavismo mantuvo la mayoría, pero perdió los escaños suficientes como para aprobar reformas constitucionales.

La Mesa de la Unidad Democrática se concentró en los meses previos a la elección en diseñar un plan de gobierno que, por un lado, reflejara su variopinta composición y, por otro, que atendiera a las demandas ciudadanas, muchas de las cuales han sido capturadas por el discurso radical del presidente Chávez. El discurso de Capriles ha sido uno de inclusión, lo que se confirma con el hecho de que el 95% de los votos fueron a dar a las candidaturas menos polarizantes de la oposición.

La campaña será desigual. Chávez ha anunciado su firme intención de quedarse en un tercer periodo y ha reforzado sus vínculos con las Fuerzas Armadas.

La victoria de la oposición será difícil, tanto por el abierto uso de recursos públicos que el Presidente seguramente hará, como también por el aún gran apoyo que Chávez tiene entre muchos venezolanos, especialmente dentro de los más pobres y aquellos de las zonas rurales del país.

La oposición tiene una buena oportunidad de hacer propuestas sólidas a los problemas que aquejan a Venezuela.

Dentro de ellas, la principal será la de la seguridad ciudadana. De acuerdo al último informe sobre el país de International Crisis Group, el impacto de la inseguridad y la fragilidad institucional es enorme. Cada media hora, una persona es asesinada en Venezuela y el miedo se ha apoderado de las grandes ciudades. La MUD debe plantear alternativas viables y claras para recuperar la confianza ciudadana en las instituciones y alejar el temor de la violencia política en el país.

Para ello, es indispensable que todas las partes se ajusten a las reglas constitucionales, hagan expresa renuncia a la violencia como arma política y respeten la voluntad del elector.
 

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