Briefing / Latin America & Caribbean 1 minutes

Venezuela: Acelerando la Revolución Bolivariana

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Panorama general

La victoria del presidente Hugo Chávez en el referendo del 15 de febrero de 2009, que permitió la reelección de todos los funcionarios de gobierno elegidos por votación popular, marcó la aceleración de su “revolución bolivariana” y “socialismo del siglo XXI”. Desde entonces, Chávez se ha alejado progresivamente de la constitución de 1999, y su gobierno ha ido abandonando los principios democráticos liberales fundamentales garantizados por la Carta Democrática Interamericana y la Convención Americana sobre Derechos Humanos. El dirigente ha incrementado su poder provocando desasosiego internamente al politizar aún más las fuerzas armadas y el sector petrolero y al ejercer una influencia cada vez mayor sobre las autoridades electorales, los organismos legislativos y judiciales y otras instituciones del estado. Al mismo tiempo, los intentos de Chávez de ejercer un protagonismo político en otros estados de la región causan inquietud en el exterior. Las elecciones legislativas de septiembre de 2010 prometen polarizar aún más un país ya muy dividido, mientras los problemas sociales no resueltos y las crecientes dificultades económicas generan tensiones que agudizan el riesgo de violencia política.

Aprovechando el 2009, año no electoral en el cual poco tiene que perder en términos de capital político, al igual que su indiscutible control sobre la Asamblea Nacional, Chávez ha impulsado la aprobación de una serie de leyes que no han sido bien recibidas en varios sectores de la población. La persecución que le ha hecho a los medios de comunicación y a miembros de la oposición,  aunada a crecientes problemas económicos, sociales y de seguridad, aumenta aún más el descontento general. Después de diez años en el poder, el gobierno no ha logrado mejoras significativas y sostenibles en las condiciones de vida de los segmentos más pobres de la sociedad, los cuales enfrentan niveles de inseguridad críticos, al igual que marcadas deficiencias en la prestación de servicios públicos básicos. Adicionalmente, las tensas relaciones con Colombia podrían afectar la popularidad de Chávez en Venezuela.

En medio de un ambiente legal y político desfavorable y bajo las restricciones que les han sido impuestas, los partidos de oposición intentan consolidar un proyecto político alternativo para enfrentar a Chávez en las elecciones de 2010. Sin embargo, y a pesar de sus crecientes fisuras internas, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) sigue siendo la fuerza política más poderosa del país, debido al liderazgo de Chávez. Aún con tensiones internas en aumento, su control sobre los estamentos de poder y la popularidad de la cual aun goza entre ciertos sectores de la sociedad parecen ser elementos suficientes para permitirle a Chávez y su partido mantener el control de la Asamblea Nacional.

Bogotá/Bruselas, 5 de noviembre de 2009

I. Overview

President Hugo Chávez’s victory in the 15 February 2009 referendum, permitting indefinite re-election of all elected officials, marked an acceleration of his “Bolivarian revolution” and “socialism of the 21st century”. Chávez has since moved further away from the 1999 constitution, and his government has progressively abandoned core liberal democracy principles guaranteed under the Inter-American Democratic Charter and the American Convention on Human Rights. The executive has increased its power and provoked unrest internally by further politicising the armed forces and the oil sector, as well as exercising mounting influence over the electoral authorities, the legislative organs, the judiciary and other state entities. At the same time, Chávez’s attempts to play a political role in other states in the region are producing discomfort abroad. The September 2010 legislative elections promise to further polarise an already seriously divided country, while unresolved social and mounting economic problems generate tensions that exacerbate the risk of political violence.

Taking advantage in 2009 of a non-electoral year in which he stands to lose little in terms of political capital, as well as of his undisputed control of the National Assembly, Chávez has pushed through a series of laws that have been unpopular with broad sectors of the populace. Continued targeting of the political opposition and the mass media, coupled with growing economic, security and social problems, are deepening discontent. Ten years in power have failed to produce significant and sustainable improvements in the living conditions of the poorer segments of society, which are also experiencing critical levels of insecurity and stark deficiencies in basic public services. Tense relations with Colombia may take a toll on the president’s popularity at home.

In an unfavourable political and legal context and with restrictions imposed upon them, the opposition parties are attempting to consolidate an alternative political project with which to challenge Chávez in the 2010 elections. Nevertheless, and in spite of internal fissures, the United Socialist Party of Venezuela (PSUV) remains the most powerful political force in the country, due to the president’s leadership. Despite the growing internal tensions, Chavez’s grip on the levers of power and his remaining popularity with certain sectors of society are likely to be sufficient to allow him and his party to preserve their control of the National Assembly.

Bogotá/Brussels, 5 November 2009

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