Sanciones, paz y reformas de EE. UU.

Sanciones, paz y reformas de EE. UU.

Más que nunca, EE. UU. está aplicando sanciones para promover objetivos de paz y seguridad. Pero estas herramientas tienen costos. Las sanciones pueden obstaculizar la prevención de la violencia y la resolución de conflictos.

 Publicado en septiembre de 2023

Las sanciones se han convertido en una herramienta clave de la diplomacia estadounidense

La diplomacia del siglo XX incluyó de vez en cuando medidas de coerción económica, pero el uso de sanciones económicas se aceleró tras la Guerra Fría. En las últimas décadas, han surgido como un instrumento clave de la política exterior estadounidense y un componente esencial de las respuestas de Washington a crisis y conflictos.

Manifestantes exigen sanciones contra Rusia durante una manifestación el día antes de la invasión a gran escala de Ucrania. REUTERS / Peter Nicholls

Momentos clave que han marcado la historia de las sanciones estadounidenses

Haga clic en un punto para saltar a un momento clave en la historia de las sanciones o haga clic en las flechas anaranjadas de abajo para navegar en el tiempo desde 1945 hasta el presente. 

Carta de la ONU

En 1945, la Carta de la ONU introdujo reformas en el ordenamiento jurídico internacional, lo que permitió al Consejo de Seguridad de la ONU imponer sanciones que antes podrían haberse entendido como una violación de la neutralidad y un acto de guerra.

Ley de Control de Exportaciones

El Congreso restringe las exportaciones a la Unión Soviética y sus aliados europeos.

Embargo a Cuba

El presidente John F. Kennedy impone un embargo comercial entre EE. UU. y Cuba, que sigue vigente en la actualidad.

Ley de poderes Económicos para Emergencias Internacionales (IEEPA, por su sigla en inglés)

El Congreso promulga la IEEPA con el objetivo de limitar la facultad presidencial para declarar una emergencia nacional. Sin embargo, los futuros presidentes utilizan la ley con muchas libertades para declarar las emergencias nacionales en las que se basan la mayoría de los programas de sanciones estadounidenses.

La “década de las sanciones”

Con la imposición de sanciones a Irak por parte del Consejo de Seguridad de la ONU, comienza la “década de las sanciones”. El Consejo procede a imponer sanciones a la antigua Yugoslavia (1991, 1992, 1998), Libia (1992), Liberia (1992), Somalia (1992), partes de Camboya (1992), Haití (1993), partes de Angola (1993, 1997, 1998), Ruanda (1994), Sudán (1996), Sierra Leona (1997 y 2000), Afganistán (1999) y Eritrea (2000). Anteriormente sólo había impuesto sanciones en dos ocasiones, en Rhodesia (1966) y Sudáfrica (1977). Los académicos David Cortright y George A. López acuñan la frase “década de las sanciones” en su libro de 2000 titulado “The Sanctions Decade”.

Primera lista de organizaciones terroristas extranjeras

El secretario de Estado estadounidense, en consulta con el fiscal general y el secretario del Departamento del Tesoro, designa las primeras catorce organizaciones terroristas extranjeras. La designación bloquea el acceso a activos, impone restricciones de inmigración y tipifica como delito brindar apoyo material a las organizaciones en la lista. Entre los grupos incluidos en este primer bloque se encuentran Al-Qaeda, Hezbolá y Hamás.

Ley de Designación de Cabecillas Extranjeros del Narcotráfico

El presidente Bill Clinton promulga la Ley Kingpin, que se convierte en la principal base para aplicar sanciones estadounidenses para combatir el narcotráfico internacional. La ley aborda el tráfico de drogas a escala mundial; esfuerzos anteriores de sanciones antinarcóticos se centraron en grupos en Colombia.

Orden Ejecutiva 13244

Los ataques del 11 de septiembre de 2001 provocaron una serie de innovaciones en el uso de sanciones, ya que las autoridades estadounidenses ampliaron las herramientas de coerción económica para hacer frente a las amenazas terroristas en el territorio nacional y a los intereses estadounidenses en el extranjero. A través de la Orden Ejecutiva 13244, la administración Bush creó una nueva base fundamental para las sanciones relacionadas con el terrorismo que permite a los funcionarios estadounidenses congelar activos de individuos y grupos que cometan o amenacen con cometer actos de terrorismo, así como de quienes los apoyen.

“Sanciones inteligentes”

Conscientes de los efectos adversos para la población civil cuando se imponen sanciones a economías y poblaciones enteras, los formuladores de políticas optan cada vez más por “sanciones inteligentes”, término acuñado por los académicos David Cortright y George A. López en su libro sobre sanciones específicas, publicado el 28 de enero de 2002. Las “sanciones inteligentes” son sanciones selectivas diseñadas para ejercer presión sobre grupos e individuos específicos.

Sanciones al Banco Delta Asia

El Departamento del Tesoro estadounidense designa a este banco con sede en Macao por su apoyo al gobierno norcoreano, y el banco colapsa poco después. Las instituciones financieras de todo el mundo toman nota de los potenciales altos costos de hacer negocios con Estados sometidos a fuertes sanciones estadounidenses.

Ley Integral de Sanciones, Rendición de Cuentas y Desinversión contra Irán

El Congreso aprueba una ley de sanciones dirigida a instituciones financieras extranjeras que, deliberadamente, facilitan transacciones que apoyan la proliferación de armas de destrucción masiva de Irán o su respaldo al terrorismo internacional. Tres años después, en 2013, el Congreso aprueba la Ley de Libertad de Irán y Contra la Proliferación, que amplía significativamente el alcance de las sanciones estadounidenses a los sectores energético, de transporte marítimo y de construcción naval iraní. Le siguen más sanciones contra Irán.

Orden Ejecutiva 13660

El presidente Barack Obama firma la Orden Ejecutiva 13660, que autoriza sanciones a personas y entidades responsables de violar la soberanía y la integridad territorial de Ucrania y de robar los bienes del pueblo ucraniano. EE. UU. también limita las transferencias de tecnología a Rusia e impone otras restricciones económicas.

Flexibilización de las sanciones a Cuba

El presidente Obama ordena el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Cuba. A esto le sigue una flexibilización de las sanciones, el levantamiento de las sanciones del poder ejecutivo y, significativamente, la eliminación de Cuba de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo.

El acuerdo nuclear con Irán entra en vigor

Entra en vigor el Plan de Acción Integral Conjunto, conocido como acuerdo nuclear con Irán. Irán accede a frenar su programa nuclear a cambio de un alivio significativo de las sanciones por parte de EE. UU. y otros firmantes del acuerdo.

Ley Magnitsky de Responsabilidad Global de Derechos Humanos

El Congreso faculta al presidente para imponer sanciones específicas a cualquier persona extranjera que haya cometido o permitido actos de corrupción o violaciones graves de los derechos humanos. La ley permite al poder ejecutivo sancionar a actores corruptos y violadores de derechos humanos sin tener que declarar una emergencia nacional invocando la IEEPA.

Sanciones de “máxima presión”

El presidente Donald Trump asume el cargo. Durante su presidencia, lanza campañas de “máxima presión” que combinan las amenazas con sanciones para perseguir objetivos políticos y de no proliferación en Corea del Norte e Irán, así como para presionar por un cambio de régimen en Venezuela. Vuelve a imponer sanciones a Cuba e Irán que habían sido levantadas durante la presidencia de Obama.

Ley César de Protección Civil de Siria

El presidente Trump promulga nueva legislación de sanciones dirigidas a instituciones e individuos con determinados vínculos con el conflicto en Siria, incluidos actores ubicados fuera de Siria. La legislación lleva el nombre de un individuo conocido como César, que documentó la tortura a escala industrial de civiles por parte del gobierno del presidente Bashar al-Assad.

Revisión de sanciones del Departamento del Tesoro

Tras la elección del presidente Joe Biden, que asume el cargo en enero de 2021, el Departamento del Tesoro publica los resultados de una amplia revisión de las sanciones económicas y financieras que administra y aplica. También hace una serie de recomendaciones para preservar y mejorar la eficacia de las sanciones en apoyo de la seguridad nacional y los intereses estadounidenses.

Resolución 2664 del Consejo de Seguridad de la ONU

EE. UU. respalda una histórica resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que establece una excepción humanitaria a determinadas sanciones del Consejo. Poco después, el Departamento del Tesoro estadounidense establece una serie de licencias generales que no sólo implementan la excepción humanitaria del Consejo en los programas de sanciones administrados por el Departamento del Tesoro, sino que también autorizan excepciones en esos programas para actividades de consolidación de la paz, resolución y prevención de conflictos.

EE. UU. impone amplias sanciones a Rusia

EE. UU. impone amplias sanciones a las instituciones financieras, la deuda soberana y las élites de Rusia dos días antes de la invasión a gran escala de Ucrania. Cuando comienza la guerra el 24 de febrero de 2022, EE. UU., junto con sus socios occidentales y otros, aumenta significativamente sus sanciones y, posteriormente, continúa incrementándolas a medida que avanzan los combates.

1945

Carta de la ONU

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1949

Ley de Control de Exportaciones

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1962

Embargo a Cuba

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1977

Ley de poderes Económicos para Emergencias Internacionales (IEEPA, por su sigla en inglés)

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1990

La “década de las sanciones”

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1997

Primera lista de organizaciones terroristas extranjeras

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1999

Ley de Designación de Cabecillas Extranjeros del Narcotráfico

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2001

Orden Ejecutiva 13244

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2002

“Sanciones inteligentes”

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2005

Sanciones al Banco Delta Asia

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2010

Ley Integral de Sanciones, Rendición de Cuentas y Desinversión contra Irán

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2014

Orden Ejecutiva 13660

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2014

Flexibilización de las sanciones a Cuba

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2016

El acuerdo nuclear con Irán entra en vigor

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2016

Ley Magnitsky de Responsabilidad Global de Derechos Humanos

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2017

Sanciones de “máxima presión”

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2019

Ley César de Protección Civil de Siria

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2021

Revisión de sanciones del Departamento del Tesoro

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2021

Resolución 2664 del Consejo de Seguridad de la ONU

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2022

EE. UU. impone amplias sanciones a Rusia

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Actualmente las sanciones estadounidenses afectan a más personas, en más lugares que nunca

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Personas, grupos y empresas figuran en la Lista de Nacionales Especialmente Designados del Departamento del Tesoro de EE. UU.

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SANCIONES TEMÁTICAS Y POR PAÍSES SON ADMINISTRADAS POR EL DEPARTAMENTO DEL TESORO DE EE. UU.

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JURISDICCIONES EN LAS QUE PERSONAS Y ENTIDADES ESTÁN SUJETAS A SANCIONES ESTADOUNIDENSES

Fuente:  Gibson Dunn

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POR CIENTO DE TODAS LAS SANCIONES IMPUESTAS EN EL MUNDO DESDE 1950 HAN SIDO IMPUESTAS POR EE. UU.

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The map depicts locations linked to sanctioned actors on the U.S. Treasury’s Specially Designated Nationals list — that is, individuals and entities acting on behalf of targeted countries or designated under programs that are not country-specific — as of 19 August 2023. The map does not capture the locations of the many actors who appear on other lists, such as those subject to U.S. export controls, sanctions programs administered by the Department of State, and other Treasury sanctions lists.

Location is determined by the addresses that correspond to those actors. A country listed as “low” has 0 to 100 addresses linked to sanctioned actors; a country listed as “medium” has 100 to 1,000 addresses linked to sanctioned actors; and a country listed as “high” has over 1,000 addresses linked to sanctioned actors. In some cases, sanctioned actors are linked to more than one address in more than one country. 

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¿Por qué se han vuelto tan populares las sanciones como instrumento de la política exterior estadounidense? En el ámbito de la paz y la seguridad, hay cuatro razones principales por las que los formuladores de políticas recurren a ellas

EE. UU. sancionó al autor intelectual de los ataques del 11 de septiembre, Osama Bin Laden, que dirigía Al-Qaeda. REUTERS / Russell Boyce-Files

 

Restringir recursos

Washington aplica sanciones para restringir el acceso que las partes beligerantes y otros actores peligrosos tengan a armas, dinero y otros recursos. Por ejemplo, las sanciones han sido esenciales en los esfuerzos de EE. UU. por privar a Al-Qaeda de dinero y recursos. Los secuestradores del 11 de septiembre utilizaron cuentas bancarias a nombre propio para financiar los ataques, y los formuladores de políticas intentaron evitar que en el futuro alguien más hiciera lo mismo.

Las sanciones de Washington en respuesta a la crisis de Ucrania pretenden explícitamente limitar los recursos de Moscú para librar esa guerra, entre otros objetivos. Funcionarios estadounidenses señalan que las sanciones restringen el acceso a tecnologías avanzadas, comprometiendo la capacidad de Rusia para modernizar su ejército y reduciendo su capacidad de combate.

El denunciante ruso Sergei Magnitsky expuso la mala conducta del gobierno, fue encarcelado y murió bajo custodia. La Ley Magnitsky de Responsabilidad Global de Derechos Humanos amplió la capacidad de EE. UU. para aplicar sanciones contra actores corruptos VOA / via Wikimedia Foundation

Abordar los abusos

Los formuladores de políticas estadounidenses utilizan las sanciones para enfrentar la corrupción y los graves abusos contra los derechos humanos. A menudo estos objetivos se traslapan con los de castigar a los perpetradores, resaltar que su comportamiento es una transgresión y disuadirlos a ellos y a otros de cometer delitos adicionales. A falta de otros medios para llevar a esos “malos actores” ante la justicia, ven las sanciones como “vehículos de rendición de cuentas”.

Funcionarios y actores de la sociedad civil también ven la aplicación de sanciones como una forma de defender a periodistas, defensores de derechos humanos y otras personas que han arriesgado sus vidas para sacar a la luz los abusos.

Elevar los costos por comportamientos desestabilizadores

Los funcionarios estadounidenses utilizan las sanciones para indicar sus prioridades en situaciones de crisis y aumentar las consecuencias para quienes se oponen a ellas.

Imponen sanciones para complementar la diplomacia y otras medidas generando una consecuencia que pretende incidir en los cálculos de los actores extranjeros involucrados (o potencialmente involucrados) en comportamientos que Washington desea desalentar.

Un funcionario de un país en Occidente dijo a Crisis Group:
“Un mensaje se olvida; las sanciones perduran”.
Joseph Kabila, presidente de la República Democrática del Congo, saluda a sus seguidores el 30 de septiembre de 2018 en Kinshasa. EE. UU. aplicó sanciones en un esfuerzo por disuadirlo de postularse para un tercer mandato inconstitucional. AFP / John Wessels

Impulsar las negociaciones

Los funcionarios estadounidenses recurren a las sanciones para empujar a las partes en conflicto a negociar y mantener en marcha las conversaciones ya iniciadas. Las imponen como parte de los esfuerzos por generar tracción hacia las negociaciones, o en las existentes, con el fin de que la recompensa de su levantamiento sirva de incentivo para las partes.

Los diplomáticos que participaron en la elaboración del acuerdo nuclear con Irán afirmaron que las sanciones ayudaron a que Irán se sentara a la mesa. Según ellos, las sanciones alentaron a Irán a unirse a las negociaciones, permanecer en ellas y hacer concesiones.

Delegados reunidos en Viena para discutir el Plan de Acción Integral Conjunto el 19 de octubre de 2015. AFP PHOTO / Dieter Nagl

Pero en ocasiones las sanciones obstruyen las políticas que buscan el establecimiento de la paz, es decir, aquellas actividades al servicio de la prevención de la violencia y la resolución de conflictos

Como lo expresó una excombatiente:
“Las sanciones no nos afectaron durante la guerra, pero sí en la paz”.

Aunque las sanciones han encontrado aceptación como herramienta que permite al gobierno estadounidense perseguir objetivos políticos en escenarios de conflicto sin la sangre y el dinero que requieren las campañas militares, estas herramientas tienen su propio costo. Algunas de sus desventajas se manifiestan como obstáculos para las prioridades de establecimiento de la paz, incluidas las propias de Washington. 

Impiden la recuperación en el posconflicto y la implementación de procesos de paz

A pesar de que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) firmaron un acuerdo de paz con las autoridades colombianas en 2016, el grupo permaneció designado como Organización Terrorista Extranjera hasta 2021. Las sanciones dificultaron la integración de los exrebeldes en la sociedad, de la manera en la que se había previsto en el acuerdo de paz de 2016.

Algunos excombatientes dijeron que las sanciones no los afectaron tanto durante su larga incursión guerrillera como después de la entrega de armas. En palabras de una excombatiente: “[Las sanciones] no nos afectaron durante la guerra, pero sí en la paz”.

Una exintegrante de las FARC camina por las afueras de una zona de desmovilización donde fueron ubicados los exguerrilleros después del acuerdo de paz. Ella le contó a Crisis Group sobre las dificultades que enfrentó para adaptarse a la vida civil. CRISIS GROUP / Delaney Simon

Por ejemplo, tras el acuerdo de paz, 1500 de los 13 000 combatientes desmovilizados de las FARC se registraron para retirar minas que habían colocado durante la guerra. Pero no recibieron capacitación en remoción de minas terrestres ni los certificados necesarios para empezar, debido a la preocupación de que esto violaría las leyes estadounidenses. Excombatientes dijeron a Crisis Group que los retrasos en la certificación llevaron a varios de sus compañeros a abandonar los proyectos de desminado, perder la confianza en el proceso de paz y reincorporarse a grupos armados. La remoción de minas terrestres está estancada.

Las sanciones también pueden obstaculizar los esfuerzos por fomentar la inversión del sector privado en el posconflicto. Los inversores a menudo carecen de confianza para entrar en mercados donde existen sanciones o donde recientemente se han levantado total o parcialmente.

En estos entornos, dijo un exfuncionario estadounidense, las sanciones “se ciernen sobre el país como una nube negra”.

Las sanciones estadounidenses afectaron los cálculos de muchas empresas que operaban en Afganistán antes de la toma del poder por los talibanes. Se retiraron del país a pesar de que EE. UU. Publicara unas licencias generales que permitían amplias transacciones del sector privado como parte de los esfuerzos para evitar el colapso del Estado.

Las sanciones pueden tener un alto precio. La pobreza ha obligado a los niños afganos a recolectar chatarra, a menudo procedente de bombas lanzadas por aviones estadounidenses y de la OTAN. Las explosiones de residuos de bombas matan y hieren a unos 80 ni Stefanie Glinski

Debilitan las negociaciones

Las sanciones sólo pueden ayudar a que las partes se sienten a la mesa de negociaciones y a ejercer presión cuando llegan a ella, si los negociadores pueden garantizar de forma creíble que habrá un alivio significativo y duradero de las sanciones. Pero, con demasiada frecuencia, los negociadores estadounidenses no logran convencer a las partes de que tales promesas están dentro de su competencia, y, de hecho, rara vez lo están.

Tomemos el caso de Irán. Teherán se mostró reacio a volver a participar en el acuerdo nuclear de 2015 después de que EE. UU. incumpliera sus promesas de aliviar las sanciones tres años después. Los negociadores iraníes temían que los beneficios de cualquier acuerdo que implicara un alivio de las sanciones fueran de corta duración, dado el riesgo de que un futuro presidente decidiera abandonar el acuerdo una vez más.

Sudán ofrece otro ejemplo. En 2016, la administración Obama prometió un alivio de las sanciones para motivar a Sudán a cooperar en la lucha contra el terrorismo, el acceso humanitario y otros temas. Aunque Jartum parecía satisfacer la mayoría de las condiciones que se le habían fijado, Washington dilató el alivio de sanciones que se suponía sería la recompensa de Jartum, y funcionarios sudaneses acusaron a los diplomáticos estadounidenses de incumplir sus compromisos. A pesar de que la administración Trump finalmente levantó algunas sanciones en 2017, la designación de Estado patrocinador del terrorismo se mantuvo hasta 2020. Permaneció incluso después de que masivas protestas en 2019 llevaran al derrocamiento del presidente Omar al-Bashir, cuyas acciones habían motivado muchas de las sanciones en el primer lugar. 

Arraigan las divisiones

Las sanciones estadounidenses a veces también refuerzan las tensiones con los grupos, individuos y países a los que se dirigen de una manera que es difícil de revertir, incluso cuando las circunstancias que dieron origen a las sanciones han cambiado.

Por ejemplo, las sanciones pueden complicar los acercamientos diplomáticos de EE. UU. con los sancionados, porque terminan condicionando las decisiones políticas sobre la conveniencia de emprender ese acercamiento.

En el otro extremo del espectro, las sanciones, especialmente las sanciones por terrorismo, pueden llegar incluso a ayudar a cimentar los fundamentos para el uso de la fuerza, aunque, jurídicamente, las sanciones no estén relacionadas con las autorizaciones de uso de la fuerza.

La designación del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria de Irán como organización terrorista extranjera por parte de la administración Trump pudo haber jugado un papel sutil en el ataque al general iraní Qassem Soleimani al condicionar a la burocracia de seguridad nacional a pensar en los miembros del Cuerpo de la misma manera que ISIS y Al-Qaeda, ambas organizaciones terroristas extranjeras y, en última instancia, utilizar las mismas herramientas para contrarrestarlas.

Las sanciones pueden obstaculizar el establecimiento de la paz por muchas razones, pero algunas se destacan

1. Son difíciles de modificar

Las sanciones estadounidenses son rígidas: son difíciles de modificar, aliviar o levantar debido a la política interna y la inercia burocrática. Esta rigidez plantea desafíos para el establecimiento de la paz, ya que los funcionarios intentan utilizar las sanciones como una herramienta efectiva en las negociaciones de paz y encuentran que los objetivos políticos relacionados con la paz son difíciles de alcanzar cuando las sanciones resultan contraproducentes o sobreviven a las circunstancias que las motivaron.

2. No existe un sistema de evaluación integral

Washington no tiene un sistema para evaluar integralmente los daños o la eficacia de las sanciones y, por lo tanto, EE. UU. no puede evaluar si su aplicación está ayudando o perjudicando los esfuerzos por alcanzar los objetivos de paz y seguridad por los cuales han sido impuestas. 

3. Son cada vez más complejas

La infraestructura de la política de sanciones estadounidense se ha disparado, al igual que los mecanismos legales que la sustentan. Las sanciones actuales son tan numerosas, se basan en tantas autoridades legales diferentes y están supervisadas por tantas partes distintas del gobierno estadounidense que son difíciles de comprender, dividir, rescindir o reformar.

El tamaño de los programas de sanciones puede variar considerablemente

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This chart depicts the number of individuals, groups and companies designated under different U.S. sanctions programs. It captures only sanctions targets listed on the U.S. Treasury’s Specially Designated Nationals list as of 19 August 2023. It does not reflect designations under other sanctions programs, such as those administered by the Department of State or the Department of Commerce, or individuals or entities on other Treasury sanctions lists besides from the Specially Designated Nationals list.

Multiple programs that apply to the same country are aggregated to a single program reference. For example, individuals listed under the North Korea-related Executive Order 13687 and the North Korea Sanctions and Policy Enhancement Act of 2016 are counted once, under “North Korea”. Individuals and entities are counted once if they are listed under multiple programs that apply to the same country, and more than once if they are listed multiple times under different programs that have not been aggregated into one country program reference. For example, Bank Markazi Jomhouri Islami Iran is counted twice but listed under four programs. It is counted under the “Iran” sanctions program but falls under three different Iran-related sanctions authorities (“Iran” “IRGC” and “IFSR”) and under the non-country specific “Specially Designated Global Terrorist” program.

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Muchas partes del gobierno estadounidense desempeñan un papel en la política de sanciones.

Varios órganos gubernamentales son responsables de conceptualizar, implementar o hacer cumplir las sanciones.

El presidente Biden ha tomado medidas sin precedentes para abordar las desventajas de las sanciones

Entre otras medidas, la administración Biden:
1. Ordenó la revisión de la política de sanciones estadounidense;
2. Copatrocinó una resolución en el Consejo de Seguridad de la ONU para crear una excepción en algunas sanciones del Consejo para actividades humanitarias;
3. Emitió licencias generales (a través del Departamento del Tesoro) para la implementación y ampliación de estas excepciones, permitiéndoles cubrir actividades de consolidación de la paz, resolución de conflictos y prevención de conflictos en una serie de programas de sanciones.

Foto oficial de la Casa Blanca por Adam Schultz

Pero las recientes reformas no resuelven los problemas que las sanciones causan para la paz y la resolución de conflictos.

Se necesitarán medidas serias para modificar la forma en que se utilizan las sanciones para aprovechar al máximo esta poderosa herramienta al servicio de la paz y la seguridad.

El gobierno de EE. UU. podría:

1. Aclarar con mayor precisión qué objetivos de política exterior se pretenden alcanzar con las sanciones, qué comportamiento las motivó y qué pueden hacer los sancionados para que se considere su eliminación de la lista de sanciones;
2. Evaluar el desempeño de las sanciones, incluido su impacto en el establecimiento de la paz, y recalibrarlas cuando sea necesario;
3. Incorporar las excepciones a las sanciones en la legislación para que las actividades de establecimiento de la paz estén permitidas de manera permanente;
4. Responder mejor a la reticencia del sector privado a realizar transacciones en países sancionados o previamente sancionados.

Conclusión

Las sanciones tienen una importancia central como instrumento de la política exterior estadounidense, uni que Crisis Group ha apoyado en muchos casos. Al considerar la respuesta de Washington ante guerras y crisis, es casi seguro que sus funcionarios seguirán recurriendo a una poderosa herramienta que tienen a su disposición. Pero la efectividad de las sanciones se verá socavada si los formuladores de políticas no abordan también las desventajas relacionadas con el establecimiento de la paz. Tal y como están las cosas, con demasiada frecuencia las sanciones entorpecen las conversaciones, obstaculizan los esfuerzos de resolución de conflictos y la recuperación en el posconflicto, y limitan el trabajo de las organizaciones de paz, incluidas aquellas que trabajan para promover los objetivos políticos de EE. UU., a menudo con financiación estadounidense. Los costos de estos fracasos tienden a sentirse con mayor intensidad en los lugares donde hay más en juego en materia de paz y seguridad regionales y globales: en las zonas de guerra y del postconflicto.

Bryan Olin Dozier / NurPhoto / NurPhoto via AFP

El cambio es posible, pero requerirá un compromiso concertado de reforma. Los formuladores de políticas estadounidenses ya han mostrado un importante interés en reformar las sanciones para hacerlas más efectivas y mitigar sus desventajas. Pero aún queda mucho por hacer. Se necesitarán medidas serias para modificar la forma en que se evalúan, calibran y eliminan las sanciones (y la forma en la que se abordan sus efectos posteriores) para aprovechar al máximo esta poderosa herramienta al servicio de la paz y la seguridad.

Para un análisis en profundidad de las cuestiones tratadas anteriormente, consulte el informe de Crisis Group, Sanciones, Paz y Reformas: recomendaciones para la política pública de EE. UU. El informe es producto de más de tres años de investigación en Ankara, Bogotá, Bruselas, Caracas, Dubái, Ginebra, Harare, Idlib, Estambul, Kabul, Kinshasa, Londres, Mogadiscio, Nueva York, Trípoli, Túnez, Washington y otros lugares. Se basa en cientos de entrevistas con funcionarios estadounidenses activos y retirados, diplomáticos, profesionales, expertos, representantes de la sociedad civil, partes en conflicto, abogados y proveedores de servicios financieros, así como en el cúmulo de trabajos previos de Crisis Group sobre sanciones en escenarios de conflicto. 

4 Octubre 2022
“En algunos lugares, las organizaciones dedicadas a la consolidación de la paz simplemente no pueden trabajar a menos que lo hagan con proveedores de servicios sancionados”. Intervención en la Comisión de Derechos Humanos Tom Lantos de la Cámara de Representantes de EE. UU.

Delaney Simon

Senior Analyst, U.S. Program

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